Desobediencia, cine de autor y denuncia social
Por: Manuel Guillermo Zarama Rincón
Desobediencia, ópera prima de Juan Pablo “Tuchi” Ortiz (Pasto, 1981) es el primer largometraje pastuso que se exhibe en salas de cine, así se pudo apreciar en los cinemas Valle de Atriz en la semana entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre. También se proyectó en salas alternativas en Cali, Pereira, Medellín y Manizales.
La historia narra el proyecto de sociedad que plantea un grupo guerrillero anarquista llamado Desobediencia o Cómo entrenar gallos de pelea, el cual, cansado de la violencia y la corrupción de diversos actores, secuestra, o al menos eso sugiere la cinta, a varios personajes nocivos para la sociedad: un policía violador, un alcalde corrupto, para que ellos mismos busquen su cambio espiritual y así resarcir a la sociedad. Sin embargo, los métodos para lograr esto, son bastante cuestionables: tortura física y sicológica, intimidación, amenazas, insultos, entre otros. Es decir que el supuesto cambio “espiritual” que buscan se basa en la agresión y un complejo pero interesante discurso político.
Así, Desobediencia realiza un juicio simbólico a algunas cosas que no están bien en la humanidad: políticos mediocres a quienes no les interesa el pueblo, una religión católica llena de lujo en medio de la miseria, militares y policías cuestionados por sus culpas, guerrilleros y paramilitares inmersos en el caos y el crimen, en fin, un repaso a todas las miserias de nuestra sociedad colombiana. Es de esta manera como uno a uno los miembros del grupo van desertando o muriendo hasta que al final y en medio de la desesperanza, el último de sus integrantes, logra perdonar al verdugo de su hermana y así encontrar la redención propia y ajena.
Desobediencia es una película incómoda de ver: la cámara inestable, la historia densa, los diálogos complejos la vuelven un tanto difícil de digerir. Aunque cabe resaltar que busca sacar de su zona de confort al espectador, cuestionarlo a través de complicados diálogos, que a veces más parecen monólogos, una narrativa extraña y casi sin sentido, y unos personajes caóticos y llenos de contradicciones. Entre sus fortalezas están su valentía al denunciar cosas que otras producciones no se atreven, un guion sólido y una banda sonora auténtica y original. Entre sus falencias están algunos desfases históricos, por ejemplo para 1992 cuando se desarrolla la historia, los grupos paramilitares aún estaban en proceso de formación, o los “religiosos pedófilos” que denuncia una de sus canciones aún estaban lejos de salir a luz. También hay algunas actuaciones muy planas con discursos memorizados y algunos errores en los diálogos.
Sin embargo, en indispensable verla, no sólo por ser de la región, sino por la innovación en la narrativa y su conciencia social. Esperamos que luego de su proyección en cines, pronto esté disponible en otros medios para seguir su devenir dentro del cine nacional y ojalá internacional.
Imagen recuperada de: https://pagina10.com/web/desobediencia-primer-largometraje-pastuso-que-se-exhibe-en-salas-de-cine/ el 19 07 de 2021
Ficha técnica
Título: Desobediencia
Año: 2018
Género: Cine negro
Idioma: Español
País: Colombia
Dirección: Juan Pablo “Tuchi” Ortiz
Producción: Paola Andrea Suesca
Guión: Juan Pablo “Tuchi” Ortiz
Reparto: Esteban Unigarro, Brayan “Mulato” Muñoz, Eduardo Ortiz, Ana Lucía
Tumal.
Banda sonora: Brayan “Mulato” Muñoz.
Duración: 86 minutos.
Tomado de:
https://pagina10.com/web/desobediencia-primer-largometraje-pastuso-que-se-exhibe-en-salas-de-cine/
