Amigos de Diálogos de Cine: les comparto este ensayo escrito por mi hermana Rosa Isabel Zarama Rincón sobre Jaime Zarama Otero, actor de teatro y quien también apareció en la película Chambú de Alejandro Kerk. Gracias por leerlo y difundirlo.

Jaime Zarama Otero: médico y dramaturgo

Rosa Isabel Zarama Rincón

Jaime Zarama Otero, médico de la Universidad Nacional de Colombia, fue uno de los primeros pastusos que se especializó en el exterior, específicamente en España, como gastroenterólogo y radiólogo. Combinó el ejercicio profesional con su pasión, el teatro llegando a ser un destacado actor aficionado. Para conocer más acerca de los aportes de Zarama a la salud física y artística de sus coterráneos, en mayo de 2023 envié una entrevista colectiva en la que participaron sus hijos: Manuel Fernando, Pilar, Susana, José Germán y María Isabel. José Germán, se entusiasmó con la idea y colaboró activamente con este texto; aproximadamente, 40 días después falleció. Me complace saber que a José Germán este pequeño homenaje dedicado a su progenitor lo alegró en esa etapa de su vida. Agradezco a los hermanos Zarama de la Espriella, por el interés en compartir segmentos de la vida de su progenitor.   

¿Cómo fue el hogar dónde nació Jaime?

Nuestro padre fue el segundo de tres hermanos, hijos de Modesto Zarama Astorquiza y Elisa Otero Quijano. Nació en Pasto el 26 de julio de 1926 y murió en la misma ciudad el 1 de julio de 1980. Su hermano Modesto, el mayor, falleció alrededor de los 24 años cuando había terminado sus estudios de derecho en Bogotá. Su hermana Clementina se casó con el ecuatoriano Víctor Espíndola González-Rubio. Nuestro abuelo paterno era hacendado, buen lector de literatura clásica, especialmente de autores españoles; nuestra abuela, Elisa Otero, nacida en Popayán, se destacaba por sus conocimientos en humanidades. El hogar, era de marcada cultura católica y conservadora. 

¿En dónde estudió?

En el colegio San Francisco Javier de Pasto y se destacó por ser un excelente estudiante. Nuestro abuelo había armado un cuadro con más de 50 medallas que papá había ganado en su etapa escolar: jugaba frontón, deporte típico de los colegios jesuitas, por la influencia de los curas vascos. Luego jugó tenis y hasta bolos en una de las primeras boleras de Pasto. Cursó medicina en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá en donde se graduó en 1954. Hizo su medicatura rural en El Tambo (Nariño). El 21 de julio de 1954, se casó con María Teresa de la Espriella Guerrero en la iglesia de San Sebastián (O La Panadería). Viajaron a Europa, inicialmente visitaron Francia e Italia en su luna de miel y se instalaron en España, primero en Madrid y luego en Barcelona, donde haría sus estudios de postgrado en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo. Su hijo mayor, Manuel Fernando nació en esa ciudad.  

¿Cómo estaba integrada la familia?

Cuando el matrimonio regresó de España a Pasto vivió con nuestros abuelos paternos, en la casa construida por nuestro abuelo Modesto en la calle 18 No 26-74 en pleno centro. La pareja Zarama De la Espriella tuvo nueve hijos: Manuel Fernando, Elisa del Pilar, Susana Virginia, José Germán+, María Isabel, Alexandra del Carmen, Jaime Fabián, Miguel Patricio y Daniel Marcelo. Papá murió a los 53 años a consecuencia de un infarto de miocardio. A los 47 años había sufrido una trombosis cerebral por lo cual tuvo que suspender el ejercicio profesional y dedicarse a su rehabilitación.

Foto del matrimonio de María Teresa de la Espriella y Jaime Zarama Otero. Foto cortesía de los hermanos Zarama de la Espriella.

¿En dónde desarrolló su carrera profesional?

A su regreso a Pasto trabajó como gastroenterólogo y radiólogo en el Hospital Civil, la Clínica Maridíaz (fundada por él junto con varios colegas), el Instituto de Seguros Sociales, la Caja Nacional de Previsión Social, y perteneció y fue directivo de Asmedas (Asociación Médica capítulo de Nariño). Ocupó la secretaría de Salud del Departamento de Nariño. También fue médico asesor de Coldeportes, seccional Nariño. 

Atendió a sus pacientes en el consultorio que funcionaba en el primer piso de su residencia, con frecuencia citaba gratuitamente allí a los pacientes del Seguro Social o la Caja de Previsión Social, a quienes por el escaso tiempo que le asignaban a cada consulta, no alcanzaba a atender de la mejor manera, cuando el problema del paciente era complejo. Atendía a los campesinos que lo consultaban y no les cobraba, algunos en agradecimiento le llevaban huevos, maíz, papas y hasta gallinas vivas. 

El matrimonio se radicó en Barcelona en donde Jaime hizo sus especializaciones en época franquista la cual se caracterizó por la censura a las artes ¿Cómo fue esa experiencia? 

La influencia cultural fue grande, y aunque vivieron en la época franquista de España, también viajaron y se empaparon de vivencias de la sociedad de posguerra de Francia e Italia. La compasión por el sufrimiento de comunidades traumatizadas y el respeto a las diferentes expresiones del pensamiento, marcaron especialmente a mi padre, de espíritu librepensador.

¿Qué factores impulsaron o frenaron los intereses dramatúrgicos de Jaime?

Lo más probable era que sus padres no lo hayan impulsado, pero su carácter, la confianza en sí mismo y una personalidad cosmopolita, forjada en los estudios en Bogotá y Barcelona, rompían toda resistencia. Quizás mis abuelos hubieran preferido obras más sintonizadas con su pensamiento católico conservador, pero papá era de pensamiento más liberal: su interés por la literatura de avanzada y el teatro se consolidó ya de casado. Mi papá era un gran lector, en su biblioteca tenía libros de Camus, Sartre, Nietzsche, Kierkegaard, cuyas lecturas en esa época estaban de moda. También, le gustaba la magia (tenía un maletín con su equipo de trucos), dibujaba al carboncillo y era un caricaturista natural (dibujó a sus amigos de los juegos de cartas), diseñó muebles y contaba con artesanos que le manufacturaban artesanías de madera o barniz de Pasto con sus diseños. Además, era un fanático del cine: veía todas las películas que llegaban a Pasto, especialmente en el teatro Gualcalá, donde con frecuencia lo acompañaban los hermanos Francisco e Isabel Haeberlin Freudenstein.

En los años sesenta, su padre, junto con Emilia de la Calle y Gonzalo Solarte, fundaron Candilejas, teatro experimental para aficionados (1960-1962); entretanto, el abogado y músico Alfredo Verdugo era el director musical. ¿Ya que los ensayos se realizaban en su hogar qué recuerdos tienen de esa época?

Jaime Zarama y Carmen Perini en una obra de Teatro. Foto cortesía de los hermanos Zarama de la Espriella.

En las habitaciones del primer piso de la casa ensayaban por la tarde o por la noche piezas teatrales. Algunos de los actores eran: Leonardo Delgado, Rosario Conto, Esperanza Delgado, Fadua y María Eugenia Díaz del Castillo, Carmen y Cristina Perini, Enriqueta Zarama, Gloria y Pilar Gomezjurado, Leonardo Sansón, Francisco del Castillo, Vicente Apráez, Nelba Cristina Benavides, Lucy Moncayo, Edmundo Figueroa, Luis Carlos Porras, María Eugenia Serrano, Nena del Castillo, Rodrigo Apráez, Luis Salas, Myriam Ocaña, Ana María Trujillo, Rafael Zarama y Alberto Díaz del Castillo. Era divertido observar cómo los artistas utilizaban una grabadora de cinta que la enrollaban en tubos para grabar ruidos, soplos y música que luego reproducían y servían para ambientar el escenario. Nuestra madre les ofrecía tinto.

Con mamá íbamos a ver las obras en que actuaba mi papá y se presentaban en el teatro Javeriano de Pasto: La barca sin pescador, Los Árboles mueren de pie de Alejandro Casona, La dama del Alba y Tres sombreros de copa de Pedro Antonio de Alarcón. Con ese grupo viajaron a Quito en donde se presentaron en el teatro Sucre, que es equivalente al teatro Colón y también fueron a Bogotá. A finales de los años 60 y principios de los 70 colaboró con el grupo de Teatro Experimental Javeriano, donde los jesuitas, especialmente el padre Daniel Guerrero, les prestaban para sus ensayos y presentaciones el Teatro Javeriano.

A muchos de sus amigos papá les ponía apodos que aceptaban con gusto: a Alfredo Luna le decía “El Ñato”, Leonardo Delgado era “Maestro Pombito”, Pacho Haeberlin  “Hugonote”, Augusto Lehner “El Tigre Mono”; por su parte, a él le decían “Doctor Catá”. A los hijos también nos puso apodos:  Alexandra era “Tanita”, a María Isabel “Raposa”, entre otros.

En los sesenta se rodó la película Chambú, novela histórica de Guillermo Edmundo Chávez. ¿Cuál fue el papel que Jaime desempeñó en la película?

En la época que se filmó Chambú, había un florecimiento del teatro en Pasto, ejemplos de ello fueron los grupos Teatro Experimental Javeriano y Candilejas, este último dirigido por Emilia de la Calle. La protagonista de la película fue Yamile Humar. Papá fue coprotagonista con Lida Zamora e hizo el papel de Luis Santacoloma, hermano de Ernesto, el protagonista de la novela. Luis es ingeniero y trabaja en la construcción de la carretera de los Andes, que pasa por el corregimiento de Chambú. El ingeniero Luis, trabajará en la construcción del ferrocarril a Tumaco. Para el rodaje de la película, José Germán, el cuarto hijo, era muy niño, tenía apenas dos años, cuando fue llevado con su mamá a la filmación de las escenas de la película Chambú rodadas en Tumaco. 

Foto del rodaje de Chambú en Bocagrande, Tumaco. Primero a la derecha, el director Alejandro Kerk. Foto https://es.wikipedia.org/wiki/Chamb%C3%BA_%28pel%C3%ADcula%29#/media/Archivo:En_la_playa_de_bocagrande.jpg

Mi papá Manuel Zarama, quien fue amigo y pariente de Jaime Zarama comentaba que tenía unas dotes histriónicas notables. Jaime dentro de la dramaturgia cuál rol prefería: ¿Guionista, actor, director?

Supimos de él como actor y creo que intervenía en la dirección también. En cierta ocasión un foráneo, se ofreció como director de una obra. El día de la presentación, el director hizo que ingresara al escenario un actor que no tenía el turno, lo que provocó desorden y vacilaciones entre los actores. Jaime salió a escena e improvisó, salvando la obra; mientras el público reía a carcajadas, aplaudía y al final cuando todos los actores saludaron, se pidió repetición. 

¿Qué tipo de teatro prefería?

Creemos que los clásicos españoles. Le encantaba la zarzuela. Mi papá disfrutaba del arte y del espectáculo.

 ¿Jaime cómo vivió el teatro en su madurez? (Narración de Susana).

Poco antes de morir a sus 53 años, estuve con mi padre en España, acompañándolo a un tratamiento médico por una depresión severa a consecuencia de una trombosis cerebral a sus 47 años y le produjo lo que algún psiquiatra denominó invalidez psicológica (a raíz de este evento no volvió a trabajar en medicina). Durante este viaje tuvimos la oportunidad de asistir a escenarios, zarzuela, que le encantaba y teatro moderno, disfrutándolos muchísimo. También fuimos a un musical que estuvo en cartelera por cinco años, El diluvio que viene en Madrid. Era evidente que le gustaban el teatro, así como asistir a corridas de toros.

¿Cuál fue el aporte de Jaime al teatro pastuso?

Fue gran apasionado y logró motivar a sus amigos para acompañarlo en su emprendimiento, lo cual estoy segura disfrutaron muchísimo. Este trabajo en el teatro fue importante porque le brindó a la sociedad pastusa espacios de aprendizaje, de crecimiento personal y de cultura.